domingo, 2 de agosto de 2009

Reflexiones de un Adolescente Cualquiera

Reflexiones de un Adolescente Cualquiera

Cuanto más leo a los intelectuales que nos son pretéritos menos creo entender. Quizá esto se deba a que al hacer un análisis micro del objeto de estudio éste se reviste de nuevos significados respecto a una visión superficial del mismo[1]. Si solo intentara abordarlos con la intención de obtener de ellos sus ideas principales es muy probable que esta problemática no existiese, pero no es este el caso cuando de grandes intelectuales se trata, ya que las problemáticas por ellos analizadas dan lugar a múltiples análisis y valoraciones para el mismo objeto. Primero me preocuparé por los denominados grandes economistas por sus aportes. Es menester mencionar que los economistas que aquí he de llamar grandes son aquellos que han arrojado luz al funcionamiento de la vida de las sociedades de su tiempo y a las posteriores llegando hasta nuestros días. Ejemplo de estos serían los economistas que conocemos como Clásicos: Adam Smith, David Ricardo, Robert Thomas Malthus y Karl Marx. Pero es este el detalle que hace que cada vez entienda menos cuanto más profundizo en sus ideas, debido a que en la gran mayoría de los casos los aportes que hacen están dirigidos al beneficio de una pequeña porción de la sociedad, porción en la cual generalmente ellos están incluidos. Por lo tanto sus aportes sientan las bases materiales y teóricas donde se asienta la desigualdad, detalle del cual creo yo que son claramente consientes.

A su vez diseñan complejas teorías para un mejor funcionamiento de la economía dentro de la sociedad, teorías que para ser llevadas a cabo tienen como requisito fundamental la inclusión de toda la sociedad dentro del proceso productivo, pero que a la hora de distribuir el beneficio que estas nuevas medidas económicas conllevan, la misma es completamente desigual y excluye a una gran parte de los individuos que participaron en su gestación, haciendo que quienes tengan el privilegio de acceder a una porción de la misma obtengan un beneficio que equidista demasiado del de quienes poseen los medios de producción y sí perciben un beneficio relativamente elevado debido a la apropiación de la porción de aquellos que no lo percibieron y a través de la cada vez mayor extracción de plusvalor. Ricardo admite y permite distinguir como es el proceso a través del cual el capitalista se apropia de gran parte de la producción total en forma de beneficio, el cual en algunos casos excede a 2/3 de la producción total, haciendo que el 1/3 restante sea dividido entre la renta de la tierra y la masa salarial. Y también, como si sirviera de consuelo, afirma que al largo plazo los salarios de mercado tienden al salió de subsistencia[2].

Adam Smith no dista demasiado con Ricardo ya que el ve en la división del trabajo una mayor productividad que permite una alza en los salarios que se expresa en una mayor renta per cápita que da la posibilidad al trabajador de alcanzar más altos niveles de consumo anual, lo que repercute en una mayor riqueza de una nación. Pero a su vez ve lo que Ricardo, ya que al producirse un alza en los salario producto de la división del trabajo y la mayor productividad que esto acarrea, permite mejoras en la calidad de vida de las familias, que se manifiesta en un incremento de la tasa de natalidad, lo que al mediano plazo generara en la sociedad la necesidad de mayor cantidad de puestos de trabajo, y al ser este limitado, conlleva a la inclusión de más gente en el proceso productivo y la sustancial disminución del salario de los trabajadores para poder así cubrir los costos de la nueva mano de obra. Proceso que al mediano y largo plazo se manifiesta en una decreciente calidad de vida y pobreza insipiente que producirá la muerte de aquellas personas que no tengan los medios para subsistir. Smith que esta pobreza y muerte de parte de la población llega hasta el punto en que el trabajo disponible en la sociedad y la gente que la compone estén en equilibrio[3].

Es Malthus quien termina de desarrollar las ideas de Smith respecto a la población y los medios para la producción de su subsistencia, en su conocido Ensayo sobre el principio de la Población (1798) en el cual plantea que los alimentos sólo aumentan a una progresión aritmética (2-4-6-8-10), mientras que la población se duplica cada generación en la progresión logarítmica (2-4-8-16-32) y la única manera de evitar este fenómeno era a través de un control de la tasa de natalidad (medida Malthusiana) o a través de un control natural el cual era “positivo”. El control de tipo natural consiste en las guerras, las epidemias, la peste, las plagas, los vicios humanos y las hambrunas, que se combinan para controlar el volumen de la población mundial y limitarlo a la oferta de alimentos.[4]

Es entonces cuando menos creo entender, ya que si estos individuos fueron capaces de explicar la realidad y su funcionamiento, por qué sus ideas no estaban destinadas a la superación de dichos problemas, y no, por el contrario, a la creación de nuevos y mas complejos, teniendo en cuenta que la función última de la Economía es servir al pueblo y no servirse de él. Tan solo repararon en la posibilidad de diseñar sistemas que fuesen aplicables a la sociedad en beneficio de uno pocos y en detrimento de unos muchos.

Lamentablemente quienes no posean los medios de producción están predestinados a verse en la necesidad de vender su fuerza de producción (el cual es el único bien que poseen) en el mercado como una mercancía y percibir a cambio del mismo un salario, que en la gran mayoría de los casos poca proporción guarda con la cantidad de trabajo prestada a cambio del mismo. Es este contrato llevado a cabo entre quien posee los medios de producción y quien posee solo su fuerza de trabajo el punto de inflexión que permite visualizar la desigualdad en esencia y en su forma más acabada y pura.

Es en medio de esta problemática cuando la historia ve aparecer a un individuo el cual, a diferencia de los economistas Clásicos arriba citados, buscó una solución al problema, al problema de la desigualdad y la posesión de los medios de producción así como al de la propiedad privada en sí. El mismo es Karl Marx.

Karl Marx ya había estado persuadido de estos problemas desde temprana edad, y es él quien acuño términos tales como fuerza de trabajo; medios de producción; plusvalor; etc. Términos que describen tanto como eluden, ya que no permiten suponer quienes han de desempeñar cada roll sino no se miran dentro de un contexto de tiempo y espacio determinados.

Es Marx también quien permite analizar la economía desde una perspectiva completamente distinta a la tradicional, o dicho en otras palabras, desde una postura no burguesa. Cabe resaltar que la concepción ideológica imperante en los años de Marx era la impuesta por Hegel, es decir, la filosofía de la Idea. La noción de que la realidad estaba determinada por la Idea inquietó a Marx a demostrar que las relaciones jurídicas como las formas de Estado no pueden comprenderse por si mismas ni por la llamada evolución general del espíritu humano, sino que radican, por el contrario, en las condiciones materiales de vida[5]. Es entonces cuando Karl Marx entiende que en la producción de su vida, los hombres contraen determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción, que corresponden a determinada fase de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social[6]. De ahí surge su hipótesis de que no es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que determina la conciencia[7].

Pero más allá de esas ideas y teorías del funcionamiento de la sociedad, lo más destacable de Marx es que fue un revolucionario activo, se caracterizó por su pragmatismo en su forma de vivir, era una persona que decía lo que pensaba y hacía lo que decía. Comportamiento que le valió una serie de destierros en algunos de los países donde fue asentándose a lo largo de su vida.

Pero tanto Marx, como Smith, Ricardo y Malthus respondieron, o al menos lo intentaron, a problemáticas de su presente. Lo curioso es que hoy día sigamos tomando las teorías por estos hombres preconizadas, las cuales, en muchos casos, ya son obsoletas. No porque hayan sido estrechas en su formación, sino porque los tiempos cambian y sería un anacronismo la utilización de las mismas. Pero lo curioso para analizar en esta situación es que si los aportes de estos intelectuales siguen vigentes eso significa que estamos asistiendo a un proceso en el que la producción intelectual esta decreciendo desde aquellos tiempos. Tal situación hace necesaria la utilidad de aquellas teorías, las cuales con ya mas de 150 años siguen respondiendo a muchas de las problemáticas de nuestra sociedad actual, situación que hace reflexionar si es la producción intelectual la que sufrió un período de estancamiento o es, por el contrario, la sociedad la cual se encuentra en un periodo estático en el proceso evolutivo.

La segunda hipótesis pareciera ser mas trillada, pero no podríamos descartarla, ya que como solían acusar los Iluministas, la Edad Media era un período obscuro y estancado, visión que de ser comprobada, sería aplicable a esta situación. Pero no podría caer en la ingenuidad de suponer que no hubo un progreso en la sociedad desde aquellos entonces, ya que el desarrollo de la tecnología acusa la presencia de una fuerte y creciente intelectualidad.

Es necesario hacer la salvedad de que cuando me refiero a un estancamiento intelectual, no pretendo afirmar que la sociedad siga igual que en aquellos entonces, sino que avanzó, pero siguiendo las líneas intelectuales de aquellos entonces sin poder superarlas aún. Pero dentro de estas líneas de pensamiento se han conseguido avances más que sorprendentes, que han revolucionado toda la estructura económica así como toda la superestructura social en términos marxistas.

Creo que si apuntamos a la división del trabajo podremos, quizá, hallar la explicación del por qué de este estancamiento intelectual o producción intelectual estacionaria. Sostengo ello debido que como es notorio, la división del trabajo no hace mas que focalizarse en problemáticas cada vez más puntuales, es decir, tiende a ir de lo general a lo particular, haciendo que nuestros intelectuales de hoy día sean expertos en las problemáticas para las cuales están preparados, pero esto conlleva a que la producción de lo que conocemos como cultura general sea cada vez mas escasa, o que, peor aún, lo que consideramos como general sea una visión cada vez mas sesgada de la realidad.

Me referí a nuestro intelectuales de hoy día para hacer una analogía con los intelectuales de siglos anteriores, pero esta problemática se reproduce en todas las personas. Y esto es claramente visible en los oficios hoy día, simplemente en la poca diversidad de oficios de cada persona, o más claramente aún en la mayor especialización sobre la misma temática haciendo que las personas pierdan prácticamente interés por otras disciplinas por no creerlas útiles en términos laborales. Es cierto que en siglos anteriores era posible abarcar un numero de diversos oficios nada desdeñable, ya que el campo del saber que se tenia para cada disciplina era bastante mas limitado que el que se tiene hoy día. Hoy día seria imposible tener la cantidad de oficios que podía tener una persona del siglo 17 capaz, debido a que los conocimientos que de esos oficios dese poseen hoy exceden por mucho a los de aquella época, detalle que haría que una persona actual para reunir dicha cantidad de oficios necesite dos vidas o vivir una vida exagerada en tiempo.

Hago la salvedad que al remarcar esta diferencia entre las posibilidades de abordaje a distintas disciplinas de una época y otra no es una crítica a la actual, sino que es solo una constatación entre ambas épocas. Siglos atrás unos pocos hombres podían dar explicación a casi todas las preguntas de la humanidad, hoy en día eso es imposible, hoy son miles los especialistas que intentan dar dichas explicaciones. Actualmente debemos recurrir a la interdisciplinariedad para hallar respuesta a cuestión de alta complejidad.

Uno lee Rousseau, Voltaire, Montesquieu, Darwin, etc. y pareciera que ya puede conocer casi todo sobre la tierra y la vida del hombre, pero el desarrollo del trabajo y su inevitable fragmentación hace que sea necesario incursionar en cuestiones cada vez más complejas, situación que hace cada vez más complejo estar actualizado en el conocimiento científico y mucho mas complicado aún poder formar parte de el. Las personas civiles por así denominarlas no pueden en muchos casos comprender diversas problemáticas investigadas debido que el bagaje intelectual necesario para poder decodificar esa información no esta a su alcance o simplemente no lo ha adquirido. Entonces puede verse una competencia intelectual contra reloj para poder ser parte de esa minúscula porción “privilegiada”. Es como un eterno aprendizaje que nunca acaba y que lo somete a uno al doloroso reconocimiento de nunca lo sabrá todo, o que nunca terminara de saber todo de algo.

Esto es un detalle de cómo funciona la sociedad actual, pero lo que me preocupa personalmente es saber hasta dónde va llegar esto, cuál es el techo de este desarrollo intelectual, sirve para que el hombre tenga mayor dominio del mundo donde vive o por el contrario solo sirve para que el hombre tengo un cada vez menor dominio del mismo? Y qué fin persigue este desarrollo y cuál es el futuro que nos depara el destino como sociedad? Será posible que algún día el hombre tengo completo dominio sobre el mundo en el que vive? Y este desarrollo tiende a unificar a las sociedades o por el contrario tiende a diferenciarlas? Y si dicho dominio del mundo se obtiene, será colectivo o para unos pocos?

Esas y otras cuantas preguntas han de ser el motor que me impulse al mundo de la erudición para encontrarles respuesta, por el momento no son mas que preguntar sobre las que puedo conjeturar, pero espero esperanzado poder hallarles una respuesta del todo verosímil, y hacia esa meta dirijo mis esfuerzos…



[1] Levi, Giovanni, “Sobre Microhistoria”, cap. 5, pág. 126, en : Formas de Hacer Historia, Peter Burke ed., Alianza Universidad, 1991.

[2] Ricardo, David, Principios de Economía Política y Tributación, 1817.

[3] Smith, Adam, Investigación sobre la Naturaleza y Causa de la Riqueza de las Naciones, 1776.

[4] Malthus, Robert Thomas, Ensayo sobre el principio de la Población, 1798.

[5] Fernández López, Manuel, Historia del Pensamiento Económico, cap. 22, Karl Marx, pág. 273, aZ editora, 1998.

[6] Marx, Karl, Prólogo de la Contribución a la crítica de la Economía Política, 1859.

[7] Marx, Karl, Prólogo de la Contribución a la crítica de la Economía Política, 1859.

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